Hace tanto tiempo que no compartía algún momento, con vos, de tu vida tan complicada. Esas palabras fuertes y complejas que salen de tu boca. Tu sonrisa, tus dientes perfectos, tus facciones perfectas, vos sos perfecto humanamente (lo que más se asemeja a la perfección, porque no existe tal adjetivo calificativo). Tan perfecto que aún no sé si estoy locamente enamorado de vos, nunca me lo propuse pero no lo creo. Pero se que a veces me enloqueces y otras veces me hieres, como el filo de un cuchillo que roza con la piel, tan fácilmente, así me lastimas.
Una vez brillamos y otra vez un espacio bastante amplio, entre nosotros, nos alejó. Ahora que te tengo cerca, como aquella vez en el pasado, no quiero perderte y sufrir tantos meses por esa maldita distancia. No soy iluso, pero espero que podamos seguir así, como estamos en este momento, tan cerca, muchos años más. Igual no quedan muchos sueños, en mi, hoy.
Algo de lo que estoy seguro, es que me haces tan bien y me relajas de todo problema ajeno. Estas dos últimas semanas con vos, fueron maravillosas, me sentí vivo. Sentí realmente que nada me interesara más que vos, no me importa que cantidad de cosas tengo, mientras te tenga en mi vida, yo soy feliz. Es paranoico que lo diga así pero todo lo que digo y escribo es simplemente porque te quiero demasiado. No como un amor de pareja, si no como a alguien que quiero tener siempre en todo momento y que me ayude en todo. En todos los problemas y en toda situación que se presente.
Habrán sido miles las veces que los celos me carcomían de a poco hasta explotar interiormente y que decayera en algunos puntos críticos de mi vida. Me acostumbré a este juego, me acostumbré a los celos de verte con otra persona y que me dejes de lado. Me acostumbre a vos. Me acostumbre.
Cinco años y todo pareciera, una eternidad. En serio, te quiero y mucho.
gonzalo julián
9.27.2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario